domingo, 15 de julio de 2012

Historia de una lucha por la última ventana al mar


Desde su ciclo radial, “El Programa Sin Nombre”, Fabricio Rechy encabezó una lucha a costa de perder su trabajo. Se cumplen cinco años de las marchas ciudadanas para defender la playa pública

Por Silvina Brizuela



A cinco años de las manifestaciones en contra de la venta de Playa Delfines, Luces del Siglo entrevistó el máximo abanderado de aquella lucha, Fabricio Rechy, locutor del “Programa sin Nombre” que bajó sus persianas después de 17 años al aire, curiosamente, luego de hacerse eco de las protestas de los cancunenses en el año 2007.

Cuando se conoció la noticia sobre la venta de los lotes en Playa Delfines, muchas personas protestaron, algunas llamaron a la radio, buscando en el jocoso Fabricio Rechy un apoyo. Ni bien lo comentó al aire, llovieron los mensajes y expresiones de repudio a la venta del último pedazo de playa libre de construcciones en Cancún.

Se organizaron manifestaciones, se juntaron firmas y finalmente dio marcha atrás a los proyectos de construcción; algunos piensan que sólo enfriaron las cosas para callar a los “revoltosos”, pero el locutor más escuchado durante casi dos décadas, se siente orgulloso de esa gestión, aunque le haya costado ser vetado de los medios a partir de entonces.

– El programa sin nombre encontró un espacio en la radio online…
– Yo quería seguir haciendo radio y en Facebook tenía mucha presencia FM Cancún, me empecé a meter a la página y cuando hubo una convocatoria respondí. Cuando llegué se sorprendieron, “¡qué haces aquí!” Y bueno… no me dan chamba en ningún lado, “no, pos bienvenido, ven pásate”. Desde que estoy allí he roto todos los records de rating. Patrocinadores que tenía en otros programas me siguen acompañando y me siento muy afortunado de poder seguir haciendo radio y seguir contando con la confianza de los patrocinadores.

– ¿Por qué el programa sin nombre no tiene nombre?
– Todos mis programas han sido totalmente improvisados, nunca me ajusto a un guión, siempre es lo que se me venga a la cabeza en el momento, entonces, si mi programa no tiene cabeza, no tiene pies, para qué ponerle nombre.

– ¿Cómo llegaste a Cancún?
– Llegué después del terremoto de México. Con mi familia estuvimos ayudando, sacando heridos y cadáveres porque vivíamos muy cerca de una de las colonias más afectadas. La propuesta de trabajo era la posibilidad de un nuevo comienzo, pero tenía sentimientos encontrados por dejar a los míos en esa situación.

Originario del DF, piloto profesional de aviones –certificado en Estados Unidos, donde vivió varios años–, llegó a Cancún por una propuesta laboral de relaciones públicas, un tanto engañosa, pues terminó siendo vendedor de tiempos compartidos.

“Cuando llegué a Cancún la empresa nos daba casa, vivíamos veinte en un departamento de dos recamaras. Después trabajé en el Tropicanería unos meses, allí un cliente me oyó hablar inglés y me dijo de un trabajo como animador en un barco. Ahí me inicié como maestro de ceremonias, como animador. Recién empezaba el Caribbean Carnaval”, recuerda.

– ¿Cuando comenzaste en radio?
Un día me dijeron que había una persona que quería hablar conmigo, era Gastón Alegre. Me dijo que estaba empezando una estación de radio y me preguntó si me interesaba, le comenté que nunca había hecho radio, pero le dije que sí y comencé al otro día. Allí me enseñaron a usar los controles, me dieron muchos tips, y de ahí me largué, entonces no permitían poner rock, poníamos cosas como Julio Iglesias, que ahorita de escucharlo nomás me salen ronchas.

– ¿Por qué crees que alcanzó tanta popularidad el “Programa sin nombre”?
– Poco a poco mi personalidad se fue transmitiendo a través de la radio y se hizo muy popular mi programa. Me siento muy orgulloso de eso, siempre tuve el mejor horario y el rating más alto.

– ¿Recuerdas alguna anécdota especial?
– En el primer año de estar en la radio, un día me llama una persona: “mira, ven te quiero enseñar algo”, y salgo con él, abre la puerta y afuera había como 500 personas gritando: “¡Fabrizio!, ¡Fabrizio!” Eso me sorprendió mucho y me hizo dar cuenta de la responsabilidad que uno tiene y que tiene que tratar de hacer las cosas bien.

Rechy tuvo un impás en la radio, pero al tiempo regresó al horario de siempre y añadió un segundo aire. “Durante un tiempo me fui de Radio Turquesa. Llevaba varios años desvelándome y levantándome muy temprano, entraba a la radio a las 6 de la mañana y al barco a las 8 de la noche, hasta las 2 de la mañana, era un ritmo agotador, pero también fue mi época más prolífica económicamente.

– En el año 2007 intentaron vender Playa Delfines, ¿cómo te involucraste en esa situación y como afectó eso tu vida?
– Un día alguien me habló y me contó que había la intención de vender terrenos en Playa Delfines, yo lo comenté al aire y fue uno de los programas que más llamados tuve, la gente me decía no permitamos esto,  la gente me convirtió como un medio para expresarse. Me involucré tanto que comencé a organizar marchas. En la radio me dijeron que haga lo que quiera, pero que no involucrara a la estación, y si bien convocaba a la gente a través del micrófono, aclaraba que era un cuestión personal, que hablaba como ciudadano.

Durante esas protestas se hicieron dos marchas muy concurridas y se juntaron 5 mil 946 firmas. Con una fotocopiadora Sharp donada, se le sacó copias y éstas se enviaron al presidente, al gobernador, al presidente municipal, a Fonatur, etcétera. El resultado: lograron frenar la venta de los terrenos en la playa.

– En la radio al principio te dejaron hacer, pero después…
– Le debo haber pisado el callo a alguien seguramente. Llegó un punto que me dijeron que ya no podía hablar de política, ni de Playa Delfines, ni de nada, entonces empecé a expresarme a través de mi blog. La gente se manifestó a través de mails, cartas, mensajes, pero yo sabía que no había vuelta atrás, así que después de 17 años en Radio Turquesa me tuve que ir.

– ¿Por qué pasaron tantos años y no hubo propuestas serias de trabajo, sentís que te vetaron por lo de Playa Delfines?
– En realidad la radio es un medio muy cerrado, puede ser por un lado que me hayan vetado y, por otro lado, cuando una persona se sale entra otro, y entonces es muy difícil regresar porque tu espacio ya está lleno.

– ¿Qué es lo mejor que te quedó de esa experiencia?
Una de las cosas que me hace sentir bien es que yo quedé bien ante la gente, quizás yo perdí mi trabajo, pero todavía no ha construido en la playa, era algo aberrante, porque bien sabemos que cuando hay un hotel, es un espacio que te quitan, ponen sus palapas y no las puedes usar. Hay muchas personas que se acuerdan que Playa Delfines esta así por lo mucho que hicimos muchos cancunenses.

– ¿Cómo viviste el último proceso electoral?
Me tiene muy triste, la verdad. Por un lado no puedo creer que la gente sea tan masoquista, pero por otro lado, tampoco puedo creer que se permita con todas las evidencias a favor, que llegue alguien al poder habiendo hecho trampa.

– ¿Cómo ves el surgimiento de movimientos como #Yosoy132?
Me agrada mucho que la gente joven se involucre, yo me acuerdo que antes nadie quería nada con la política y es un gran error, por eso no los obligamos a cambiar. Es muy bueno para el país que desde jóvenes las personas se involucren en política, y dentro de todo lo malo, si hay algo que se pueda agradecer a Peña Nieto, es eso, porque mucha gente se dio cuenta de lo nefasto que es y eso los motivó a decir: ¡este cuate no!



1 comentario:

Ø®†¡ž dijo...

fabricio estoy muy orgulloso de haber puesto mi firma y de conocer a una persona como tu que sin importar nada lucha por el lugar donde vive, por q a fin de cuentas eso es .. nuestro hogar como para que alguien de otro pais venga a decirnos que ya no lo podemos usar, animo jamas podran contigo gracias a ti ya hay muchos fabricios esperando agarrar la estafeta que tu dejaras algun dia.. la armaste en grande carnal felicidades!