Acerca de ti
Me gustaría dedicar un momento a hablar
de ti. ¿Por qué te conozco? Porque, a un nivel básico, no eres diferente a
mí. No me refiero a tus logros, ni a tu potencial, ni a las cosas por las
que has pasado. Pero, a nivel del ser humano –en el que estamos tú y yo–
hay algo que tenemos en común.
Yo estoy vivo y tú estás vivo. Un aliento entra en mí y un aliento entra en
ti. Lo que buscas es la felicidad, independientemente de los medios con los
que crees que puedes conseguirla. Anhelas la felicidad, la alegría, la paz;
y eso es lo que anhelo yo también. Así que, te hablo a ese nivel básico, no
como un catedrático, ni como un predicador, ni siquiera como un maestro,
sino de un ser humano a otro.
Estamos atrapados en un increíble torbellino de cambios. Todo lo que nos
rodea está en continuo estado de cambio. Cambian los pensamientos, las
ideas, las percepciones… Y tú cambias sin cesar mientras tratas de luchar
contra los cambios. Y en algún momento de tu vida, quizá llegas a esta
conclusión: ya basta de luchar contra los cambios, dejemos que vengan.
En medio de todos esos cambios, ¿podría haber algo que no cambia? No
cometes ningún error al buscar esa cosa que no cambia. Es inherente a tu
naturaleza buscarla para poder tener algo en tu vida llamado estabilidad,
poder reconocer los cambios sin dejar de tener la dignidad de ser quien
eres.
¿Quién eres? Tener esta vida ha sido una bendición increíble para ti. Es
algo mucho más importante de lo que piensas. Mucha gente dice: "Yo soy
yo. He hecho esto y lo otro. No es para tanto".
Pues bien, te diré que eres totalmente único. No hay nadie como tú sobre la
faz de la Tierra y, de hecho, ya lo sabes. Tu forma de sonreír, de ver, de
pensar, de reír, de llorar, de caminar, tu forma de saber y de no saber… es
algo completamente único. Una vez que te vayas, nunca serás reemplazado;
jamás.
El milagro es que esta respiración entró en ti y estás vivo. Puedes pensar,
y comprender, y sentir. Todo eso es un milagro, y tiene lugar dentro de
cada ser humano.
Cuando el sol sale o se pone, toca un acorde de apreciación en ti, y dices:
"¡Qué bonito!". Cuando alguien toca la guitarra melodiosamente y
con sentimiento, hace sonar una nota dentro de ti. Pues bien, déjame
preguntarte algo: ¿es posible que también haya paz en ti, pero que no hayas
encontrado lo que puede evocarla? ¿Podría ser así de sencillo? ¿Sin una
conferencia mundial? ¿Sin "líderes” que se reúnen para hacer
propuestas de paz?
Te estoy diciendo que la paz ya está dentro de ti, que lo que buscas está
en tu interior. ¿Podría ser que eres más completo de lo que crees? ¿Podría
ser que la paz haya sido colocada dentro de ti, en tu corazón, para que
sepas dónde encontrarla?
Lo que necesitas es que el tambor de la claridad redoble en tu vida, y eso
hará que suene el ritmo de la paz. Tu patrimonio no lo constituyen las
cosas que tú crees. Tu verdadero activo es la claridad que reside en ti, tu
conciencia, tu capacidad de comprender la paz que hay en tu interior. Ése
es tu patrimonio. Sin eso, sin el reconocimiento de lo Divino que mora en
ti, buscarás y buscarás. Y cuanto más busques, más te desilusionarás.
Esto que te digo, ya lo sabes, y no porque alguien te lo haya dicho, sino
porque es parte de lo más básico que existe dentro de cada ser humano, del
material que realmente eres, no de tus ideas.
La paz es una realidad. La alegría que está dentro de ti también es una realidad.
¿Qué necesitas? Necesitas a alguien que pueda mostrarte el camino interior,
alguien que coloque un espejo ante ti para que puedas ver quién eres. Aquí
lo esencial es ver realmente. Puedes escribir un libro acerca del agua, o
de un vaso, pero saciar la sed es una experiencia que hay que tener.
Lo que buscas está dentro de ti. Si necesitas ayuda para encontrarlo, yo
puedo ayudarte. Eso es todo. Es sencillo; el hecho de estar aquí es hermoso
por naturaleza. Comprende esa sencillez, esa belleza, lo que significa
estar vivo. Aprende a disfrutar de lo que más se puede disfrutar. Llena tu
vida.
Prem Rawat
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario